Tras la pasada huelga del 3 de Marzo

La educación ha sido y es un instrumento de adoctrinamiento, donde de niños ya nos atan de pies y manos pasivos a las directrices del profesor/a sin poder desarrollar nuestras potencialidades como personas libres. Las actuales políticas continúan con esta deriva y tienden aún más a la especialización del estudiante siempre con el fin de producir trabajadores obedientes y productivos en vez de proporcionarnos la preparación y buenos métodos de trabajo para el estímulo de la razón y la creatividad.

Con el desarrollo del 3+2, la situación se agrava pues quedarán más estudiantes fuera de las aulas universitarias por el encarecimiento de las tasas, certificación de idiomas, la exigencia de exámenes externos en Primaria, ESO y Bachillerato, a parte de la reducción de materia y el consiguiente recorte en plantilla laboral docente, etc.

Sindicatos, partidos y organizaciones estudiantiles empiezan a movilizarse otra vez contra el 3+2. Pero cada vez son menores las exigencias de las movilizaciones aunque las califican como exitosas por la reivindicación en contra de las medidas parlamentarias en competencia educativa, pero realmente es un fracaso ya que cada vez es menor el seguimiento que se hace de ellas y esto se debe a que ningún avance se ha producido y ningún derecho se ha arrancado al gobierno en los últimos años. Entendemos el esfuerzo que han supuesto las movilizaciones al movimiento estudiantil y que para mucha gente perder clase supone un problema, es por esto que no podemos gastar fuerzas en huelgas estériles, días de movilización y folclore donde las organizaciones se pasean y al acabar el día se sienten mejor pensando que han cumplido obviando que al día siguiente todo seguirá igual o peor.

Es por esto que entendemos que la huelga ha de organizarse mejor, empezando por establecer un diálogo conjunto entre las organizaciones y el resto del estudiantado y los trabajadores de la universidad, PAS y PDI, de cara a acordar unos fines que tengan como medio huelgas y otros medios de presión eficaces.

Por otra parte, nosotras/os como colectivo anarquista creemos que la verdadera lucha está en reivindicar una educación en manos del pueblo y eliminar toda competitividad en la aulas creada por una sociedad capitalista. Nuestras aspiraciones no van en el sentido de la mera reforma sino que queremos dotar a la sociedad de las herramientas para poder decidir libremente sobre sí mismos siendo un aspecto clave la enseñanza, es decir, que podamos ser nosotros los que decidamos que educación queremos ya que es parte de nuestra vida y nuestro futuro. La lucha organizada no debe ir desplegada a consejos de estudiantes, organizaciones verticales o estatales, queremos una educación fuera de las manos del capital y del Estado.